La ciudad.
Oscura. Vacía.
Con sus calles cubiertas de silencio
que esperan inquietas la luz del alba.
Ya que cada noche vuelven los perros
y al amanecer sus ladridos.
La ciudad y el olvido.
Temerosos y fríos.
Lloramos más de lo que una vez sonreímos.
El tiempo es cruel y enojado,
pero de noche,
es feliz con el sexo de los amantes
que corren peligro de ser descubiertos.
La ciudad de noche,
es como tú, silenciosa esperando ser eterna.