Cuando la luna se apague,
y llegue febrero,
mi reloj se detendrá,
el silencio se apodará del viento.
Desde ese día no volveré a ver tu sonrisa,
ni mi llanto, ni el fuego apagado del olvido,
ni el jugo de una fruta podrida.
Olvidaré las lágrimas de enero,
y todas tus mentiras.
Olvidaré los feriados juntos
y todas sus canciones.
¿Quieres saber la verdad?
Cuando se apague la luna
y llegue febrero,
yo, te recordaré como todos los meses.